sábado, 14 de junio de 2014

Blade Runner: Natural vs artificial


El debate básico sobre el cual se desarrolla la historia es la complejidad de definir que es natural y qué es artificial. Hoy en día aún podemos reconocer a un robot, hasta los más humanoides guardan grandes distancias con la anatomía humana. Pero la ambición del ser humano es grande, y su anhelo de crear obras perfectas también lo es. Y, muy poco humilde, ¿qué cosa más maravillosa conocemos que la propia existencia humana? 

Imaginemos el día en que nuestra tecnología sea tan grande que lleguemos a imitar la vida, a imitar la figura humana con todos esos mecanismos que aún nosotros nos asombramos de poder tener. Imaginemos también que hay seres que podemos confundir con humanos mientras caminemos, pero no lo son. El tema es un poco común en la Ciencia Ficción, pero a pesar de todas las cosas negativas que puedan relatar los autores del género, hay que admitir que es algo inevitable. Algún día llegaremos a ello y nos veremos envueltos en esta problemática de enfrentarnos a una especie muy parecida a nosotros, pero artificial. Y cuando sea difícil controlarla, quienes van a sufrir por la pérdida serán indiscutiblemente los humanos, sea cual fuera la pérdida producida.

Si para el ojo del ser humano que lleva siglos reconociendo a su propia especie podría resultar complicado determinar cuándo se encuentra con algo natural o con algo artificial ¿Qué se puede decir de las maquinas? Y ¿qué más de aquellos que han de ser construidos para creerse humanos? Un paralelo se puede proponer con los cybermen de Doctor Who, cuando se dan cuenta que están atrapados en una máquina el dolor es grande. Y el de la inteligencia artificial también lo ha de ser. Un dolor artificial, pero un dolor al fin y al cabo.

Lo más chocante de todo aquello es cuando a pesar de que la tecnología pueda recrear vida, humanidad, hay algo que no logra. En este libro hay seres que son considerados biológicamente inaceptables, seres humanos que la sociedad rechaza por los agentes del ambiente que los han alterado. De fondo siguen siendo humanos, tienen sentimientos, tienen la experiencia de vida que no es comparable con los androides, pero ya no son aptos. Ya no pueden procrear, han dejado de ser seres dignos ante la sociedad, algunos de ellos pierden facultades mentales.

En este tipo de relatos es contradictorio como la ambición del ser humano le lleva a crear cosas grandiosas como estos droides que pueden confundir hasta al ojo más entrenado. Pero, no pueden salvar a su propia raza de un peligro que es inminente. Y es una realidad que no queda sólo en la ficción. Porque después de todo. Qué es la ficción, sino un retrato de la realidad.

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