Un 23 de Abril en 1616 fallecieron Miguel de Cervantes,
William Shakespeare y Garcilaso de la Vega. ¿Quién hay que no haya leído al
menos un libro de estos? ¿Quién hay que no conozca su nombre? Por eso (y mucho
más) la UNESCO designó una fecha para celebrar al libro.
Tal vez no tengamos el talento de Neruda y no le compongamos
una Oda al libro.
Pero acá en ESN no nos queremos quedar sin dedicarle unas cuantas líneas.
Hay portadas de gran talento, otras un poco sosas. A unos
les estremece de placer el olor de la tinta sobre el papel, hay a quienes no les
importa que el formato se haya adaptado a la era digital. Pero no importa cómo
te acerques o como ingreses. Lo que trasciende es que como Alicia te sumerjas a
este nuevo mundo que se ofrece, con la clara intención de vivir una aventura. Y
¿quién se puede abstener de semejante tentación? Hay tantos mundos
desperdigados en las estanterías que seguro hay alguno que calza aunque
nuestros estándares estén muy altos. Y el único pequeño, muy pequeño, problema
que se puede presentar, es que surja la adicción a esta práctica viajar como en
La tierra larga a través de universos tan distintos y lejanos como tan
similares y cercanos. Basta mover el espesor de una página para transportarse
al lugar más inesperado.
Esther
Quizá en algún momento te molestó mucho leer cuando querían que las letras entraran a la fuerza, es tan sencillo entender tu malestar. Pero los libros son eso, aunque muchas veces cueste darse cuenta: Enseñanza. Detrás de cada Ender está escrita la bondad, la misericordia y la sabiduría. Oculto en un armario encontrarás un nuevo Narnia que te enseñará cuan importante es creer en algo, pero mucho más importante, creer en uno mismo tal cual lo hizo Kvothe en La Universidad. ¿Te negarás entonces a aprender mientras los mundos te secuestran y te muestran sus secretos más valiosos? ¿Te negarás a derramar lágrimas por personas (o criaturas) que solamente existirán mientras tu creas en ellas? Y, más importante aún ¿Te negarás la oportunidad de imaginar?
Julio
¿Y qué es leer sino imaginar, creer, dejarse llevar? Más que un enunciado coherente y cohesionado, literatura es el espejismo de realidad que se crea con el objetivo de alcanzar nuevas dimensiones. Te convertirá en un ser superior e inferior, en humano y criatura fantástica, en princesa y aventurero; con ella lo serás todo y nada. Te seducirá, te amará, te abandonará. Comenzará por hacerte padecer de curiosidad insaciable y universal, cual ladrona de libros al acecho; seguidamente te harás viajero errante de carreteras, océanos, cielos e infiernos, como Eneas en busca de las tierras prometidas; y al hacerlo serás conducido a comprender, con maestras de un estilo semejante al de Lisbeth Salander, que la vida tiene diferentes grados de responsabilidad y múltiples formas de conocimiento. Porque leer también es transmutar, es observar, es entregarse al divino placer que las letras y sus llantos silenciosos otorgan. Y tú -seducido, enamorado y abandonado- te prestarás a sus servicios sin dudarlo... porque querrás reconocerte en las historias. ¿Qué es leer sino empaparse de curiosidad, aventura y conocimiento transcritos con tinta sobre el papel?
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