sábado, 19 de julio de 2014

El Canto del Cuco: Un detective imprevisto

Dos reseñas en menos de una semana, sí, da la impresión de que no hice otra cosa que leer, comer y dormir, pero no, simplemente no tuve internet en casa durante estos días.

Es impresionante el tiempo de lectura que puede robar un estado o uno que otro tuit, pero tal vez sea un excelente tema a tratar en una entrada futura, por el momento, me limitaré a hablar sobre un libro en particular.

El Canto del Cuco es, sin temor a equivocarme, el renacer de la novela policíaca de nuestra generación, y gracias al cielo viene de la mano de Robert Galbraith, cuyo nombre no les sonará de nada a unos, pero causará más de una sonrisa a otros.

Lo maravilloso de un libro, aparte de contar una buena historia, es que  vuelve al lector un participante tácito desde que se abre, especialmente cuando se trata de descubrir a un asesino entre tanta gente.

No hasta hace mucho hablar sobre detectives era recurrir inevitablemente a nombres como Arthur Conan Doyle o Agatha Christie, con sus imperecederos Sherlock y la Señorita Marple, claro, esto hasta que llegara un nuevo integrante al gremio: Cormoran Strike, un ex militar grandullón y peludo que escudriña en el pensamiento y  accionar humanos como si de una billetera se tratase.

La genialidad casi imperceptible de este personaje es pasmosa, puesto que se lo presenta como alguien accesible, imperfecto; merecedor de abucheos, menosprecio y una que otra amenaza de muerte injustificada. Lo normal en un día de trabajo moderado.

El  autor, con una pulcritud prodigiosa, nos envuelve en el viaje que realiza este detective para lograr descubrir la verdad, el móvil y autor de la muerte de una modelo negra. Es tal la elegancia de la prosa, la precisión en las descripciones emotivas de cada personaje y la facilidad de ubicar la historia estratégicamente en puntos muy conocidos de Londres, que queda poco para recriminarle sin caer en la crítica absurda y purista.

Es indiscutible la esencia eminentemente realista que se desprende de esta obra, empezando por las claras alusiones al consumismo, la prensa corrupta, la ruptura de la privacidad cuando se es una celebridad, el inadecuado uso de fármacos, las disputas familiares, el caos que representa ser parte del mundillo de los ricos  famosos, sin un minuto de paz para respirar, sin algún paparazzi respirando sobre el cuello; la inocencia marchita por errores egoístas y enfermizos, sobreprotección y una buena dosis de divagaciones morales por parte del protagonista.

Intriga y acción para público adulto con sentido del humor un poco oscuro y con tendencia a la crítica social, es lo que trae consigo El Canto del Cuco, obra en la que se manifiesta a caudales el talento de Galbraith en el mundo de las letras; se mueve en este género con gran libertad y confianza, como si hubiese estado inmerso desde siempre entre los archivos desordenados y polvorientos del despacho de algún detective privado venido a menos.

Este es un libro que merece el placer de ser leído por mérito propio, y no por lo que encierra el nombre de su autor, Robert Galbraith que, por cierto, es el seudónimo de J.K. Rowilng, escritora británica creadora de aquel mago que quizá recuerden. Un tal Harry Potter.





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