Propuse este libro como reto para el mes de agosto más por curiosidad que por algún otro motivo, así que no tenía la menor idea de lo que encontraría entre sus páginas. Por esto mismo, su lectura me atrapó.
El estilo narrativo de este autor es bastante detallado, notable al momento de hacer descripciones relacionadas con el tema de las religiones o Zoología, lo que funciona bastante bien para esta historia, pero que hubiese enviado a la ruina a otras.
Ahora bien, el protagonista de esta travesía es un joven, Piscine Molitor Patel, conocido popularmente como Pi, quien, luego de que el barco en el que viajaba junto a su familia naufragara, buscará sobrevivir en el Océano Pacífico durante cerca de siete meses, pero no estará solo, sino que lo acompañan unos cuantos personajes totalmente inesperados, entre los que se encuentra este majestuoso tigre de bengala llamado Richard Parker.
Ver a un náufrago acompañado de un animal que pesa más del doble que él, cuyo apetito lo supera sin referencias, y cuya experiencia marítima es igual de nula que la del joven, es un argumento que, seamos sinceros, crea más duda que nieve en Guayaquil, pero de alguna manera artística y metafórica, en este libro funciona.
Pi nos muestra abiertamente su humanidad a través de los diálogos que mantiene con Richard Parker; desde el inicio de su relación hasta el final, exponen una clase de simbiosis descabellada que llegará a convertirlos en kindred spirits, término usado para dos personas que desarrollan una conexión especial debido a una experiencia extraordinaria que tengan en común, en este caso, un naufragio.
Un tigre de Bengala y un hombre intentando sobrevivir en medio del mar sin matarse el uno al otro, instinto y razón luchando por el equilibrio, en busca de tierra firme que les permita recuperar el espacio y la razón que poco a poco empezaría a abandonarles, al igual que la comida.
Este libro es un gran rompecabezas que hace referencia a la calidad de reacción de un ser humano expuesto a situaciones límite, ¿Quién naufragó en realidad? ¿Conservará sus valores y principios éticos? ¿Negará a su dios? ¿Sucumbirá su voluntad hasta llevarle a desear morir antes que alcanzar tierra firme? ¿Es Richard Parker realmente un tigre de Bengala sin domesticar?
Y así muchas otras preguntas que no pueden ser resueltas o, al menos, no pueden ser respondidas por el autor, pero hay leves indicios, insinuaciones de qué sucedería en un caso similar...
La única opción que hay es leerlo y así construir nuestra propia idea, pues si Pi logró ser hindú, musulmán y católico a la vez, de seguro nosotros seremos capaces de determinar en qué momento la Fantasía se convierte en un elemento imperativo para conservar la cordura de un hombre.
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