sábado, 24 de mayo de 2014

Libros y espera



Existen muchas personas que dedican gran parte de su tiempo a ir y venir por diferentes sitios, tramitando documentos, pagando facturas, esperando respuestas.

La espera en un banco suele ser una de las peores. Y digo una de las peores porque la que se lleva el premio es la del Seguro Social. 

Pero no es de burocracia de lo que escribiré, sino de libros.


¿Cómo se relacionan?
Pues es simple.

Durante los últimos diez días me he dedicado a observar a mi alrededor, buscando lectores en cualquier lugar, desde transporte público hasta en el mismo salón de clases.

No emitiré el estudio estadístico completo, pero básicamente de cada 100 personas entre los 15 y 60 años, solo 6 tenían algún libro en la mano.

Ecuador es un país en el que cada persona lee un promedio de medio libro al año.

La cifra es tan deprimente que de repente me dieron ganas de reírme de manera histérica.


Existen tantos lugares para leer, lugares a los que se debe acudir con algo para matar el tiempo de espera.

La espera sin un buen libro es absurda.

O al menos lo es para mí.

La excusa de que no se lee porque "no hay tiempo" no aplica en la mayoría de los casos.

Siempre hay tiempo para un libro.

Un hombre mayor leía A sangre Fría de Truman Capote mientras esperaba en el edificio principal del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social hace unos días.

Una joven se sentó a mi lado de camino a casa la semana pasada.  Leía 50 sombras de Grey.

Ayer uno de mis compañeros de universidad compró Hamlet de Shakespeare y tal vez hoy lo haya terminado de leer mientras iba a su trabajo en transporte público.

Me emocioné al ver a cada una de estas personas, la chica Grey incluida.

Porque por muy feo o raro que me parezca a mí un libro, al menos otro ser humano está leyendo.

Y mientras lea, yo soy feliz.

La lectura no es obligación, ni tampoco un deber cívico o legal.

Se lee por amor al arte.

Y qué mejor si puedes invertir un par de minutos en una página de ese gran libro que desempolvaste o que te obsequiaron recientemente. 

No importa lo que leas, eres diferente de tu vecino y de tus padres; lo importante es leer.

Y convertir de a poco ese "medio libro"  del ecuatoriano, en uno entero.

O en dos.




5 comentarios:

  1. Yo siempre atribuiré la no lectura a los pocos lugares donde puedes comprar un libro. En países más grandes encuentras librerías a la vuelta dde la esquina (?) y los precios son competitivos, acorde al precio real del ejemplar.

    Cuando quise comprar Danza de Dragones me fui a la única librería de Macas, me dijeron que fácil conseguían el libro, pero que me costaba 70 dólares ¿Voy a pagar tanto por un libro que leeré en máximo un par de semanas? La respuesta ni la pienso: no, eso es un robo.

    Si tú me mandaras todos tus libros, posiblemente leería la mayoría, al menos los de fantasía y ciencia ficción. El problema de los libros, al menos en mi caso, es el factor precio, no puedo permitir que me roben de esa forma las librerías.

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  2. En cierta forma tienes razón, aunque conozco algunas librerías que venden ejemplares piratas del libro, pero con calidad bastante buena y con las páginas completas.

    El precio se reduce casi el triple.

    He comprado varios así, por curiosidad y no me arrepiento.

    También están las colecciones de clásicos que vienen (o solían) venir con algún diario de circulación nacional, esos se compraban a $5 como máximo cada semana.

    Y, por último, para los que tenemos más posibilidades de compaginar con la tecnología, están los kindle, las tablets y hasta los celulares para leer.

    Conozco a un amigo que se tomaba el tiempo de cambiar el formato PDF de los libros que descargaba a .doc y luego a .txt para guardarlos y leerlos en su celular con plataforma java.

    Así que lo de la no lectura en el país no es solo cuestión de precios, es más bien de iniciativa o voluntad.

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  3. Algo de eso me contó +Esther, y supongo que también es una buena alternativa.

    Estoy totalmente de acuerdo contigo sobre la lectura en dispositivos móviles, que yo solía leer el la minipantalla de mi celular hasta que me compré la tablet, donde leía hasta que alguien me hizo el favor de romper la pantalla xD Intenté leer el libro del reto de Esther pero es imposible, el ordenador me cansa demasiado y al menos que ese día este super relax, me cuesta concentrarme para leer en el ordenador.

    El problema está ahí, que no todas las personas tienen acceso a un dispositivo móvil. Ecuador es pobre no solo en lectura, sino en la penetración tecnológica. Falta mucho para que en cada casa haya un kindle (sueño con eso xD) y pienso que cuando eso suceda la lectura cambiará mucho

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  4. Nebot quiere que en cada casa haya un kindle *comentario random* (?)

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  5. Me voy a vivir en guayaquil, me dan el kindle y regreso xDDD

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